HUMEDAL
Nelson Carrasco
Julio de 2011
PRÓLOGO
Somos el prólogo
de otra historia,
miradas infinitas
de Al Pacino
de la canción
Parla più piano
de las ciudades de Sicilia,
son las tramas de pasteles
de ocres y caobas
de escenarios pálidos
con mente de piano
y flores campestres
de cafés en telas sobrias
elegantes
ya somos prólogos
que seguimos reposando.
El alma saltarina
con celuloide
sigue recordando mi juventud
del cine Condell, centro de Valparaíso
con sueños crepitantes
con un mundo a medida
con discos de vinilo
sin polución y grandes escritores
con ideales grandes
desde tiempo corto
urdimos arquitectos del porvenir
soplamos como el viento
el vendaval del puerto
lustramos baldocines
construyendo poesía
con muros y ventanas
con escaleras hacia el cielo
y pasados retomables
sólo somos cristales
de rayos y luz interminables.
CALIPSO
Quieres otro verso Calipso
otro teñido de algas
y coral
con arrebol de luna
y quietudes infinitas
de paraíso.
Quieres amaneceres
y vértigo de presentes
de bergantines y piratas,
piratas y un cuanto hay,
quieres vientos saltarines
y espumas de mar,
que Poseidón se serene
que aparezca al mar,
como pastor sereno.
Más lustros de diademas
complacientes al sol,
que los albatros
pululen y se enamoren,
que la madera cruja
como sinónimo de paz
y que las musas bajen
a ti, limpias serenas
y que te alaben
con las notas
que el viento da.
PATAGONIA
Extraños mundos coloridos
de sal y frutas estelares
de panes de trigo
y nostalgia de hombre simple.
Tus canastas y las mías y la bici
y columpios pendulares
en busca del sol y de estrellas
de cielos acorazados de sueños
de infancias infinitas
de olor a pan de casa
de sabor a escarcha patagónica
de tus trineos y los míos
de los monos de nieve
encandilados por el sol
de escaleras escolares
traspasadas por el silabario Ojo.
Así son nuestras continuidades
sin tecnología
con fuego intenso
de la cocina a leña
y su crepitar de chispas estelares
continúan susurrando en los destinos
mares australes y ovejas
y el oleaje del viento de Punta Arenas.
Los tiempos sin tiempos detenidos
ensanchan horizontes de corazones caminantes
y los que descendemos de esta Patagonia
abrimos rumbos a los astros
embriagamos de frescura a los vivientes
lanzamos contagios de viento fresco:
de otoño lluvia y nieve
manantial de girasoles.
Háblale a los astros de tu noche,
háblale a tu espíritu de la techne
y resuelve a favor del pathos
de los tiempos de la brújula quieta
sin cisaña,
coopera con la fuente de las nubes
de oraciones y sentimientos quietos,
háblale a las nubes
al trigo brillando en el campo
responde a la sonrisa de los prójimos
sonríe a los luceros,
y que el afecto gane
a la elucubrada techne.
AGUA
He salido
he bajado y mis pasos
como ascensores del cerro
tropezaron.
Un brotar de olitas
pequeñas y abrumadoras
sus crespones
encandilaban,
cabalgar de alas
de riachuelo porteño.
Siempre venido desde arriba
un poco más allá
un salpicar de tormenta
diminuto carnaval de agua.
Siempre en los cerros
de Valparaíso,
un auto, un camión,
un algo,
cede el pavimento,
y una tubería eructa
una candileja de agua,
riachuelo pequeño y largo,
empieza por la calle
y a orillas de las veredas a bajar
galopando olas,
y cristales se incrustan
en tus ojos
multiplica el sol
subceleste,
diamantes de luz recorren el suelo
y el aire,
se incrustan
en escaleras, en casas
en enanos diminutos que juegan
con pelotas
carretones y sandalias.
Cristales presurosos
chocan al aire marino
en un aletear de almas,
emergen en los seres
de tus cerros
trazos humanos
agitadas armonías
titubear de tiempos.
DE PLAZAS Y CAMINOS
En las plazas del camino
me reconozco,
en el aletear de palomas
balcones, cornisas y puentes:
transeúnte simple.
Los atardeceres y letras de libros
carreteras estelares de cada mirada,
torbellino de hojas y olivos
de parras y olores
las caminatas montan bicicletas y surcos
y las hojas se abren a tus pasos.
Animales saltarines mueven la cola
Y sus pulgas beduinas
Recorren caminos de pelos y galaxias.
Los soles del Forestal
transcurren en vaivenes
y viajes estelares
la paz de niños y padres
amigos y pololos
aquí está presente.
SOL Y DERROTA
Del acontecer de la plaza
feria de antigüedades
narro.
En flores y soles argonautas
el día y la plaza
resucitan de mí
tus nostalgias,
la primavera echo atrás su tiempo
pero a otros soles y estrellas comprendo.
La levadura de cada libro
te recuerda
y trato de no sentir nostalgia
más guerreros me dan su sol,
y cada libro y cada hoja
te siguen a ti presente,
la serenidad de la tarde
da paz a nosotros,
los que desde aquí
te deseamos amor.
La levadura de los libros,
aún presentes
da palabras y palabras
para festejar el amor
más amor,
pues lo recorrido
no derrota.
FLORECE
La miro
insaciable al impulso
prófuga y voraz,
sus mejillas
sus ojos
su pelo castaño,
sus treinta y algo más
está donde siempre,
presa de un afán caduco
trémula al viento.
Dónde estás?
ausente de caricias
y amores prohibidos,
anclada sin fin
a ladrillos propios,
a cadenas invisibles
de una cosecha perdida.
Ahora los Olimpos
se extravían
quiebran tus tiempos,
tus razones
son cadenas
que atan a tus alas,
a palmas invalidas,
que en el cenit
no pueden volar.
Limpia el tiempo
sin virtudes
sin grilletes
que la moral
impone al cabalgar,
rompe el rictus
de firmas y compromisos
escapa libre
por espacios y praderas.
Ingresa al arco iris
al titilar de estrellas
al olimpo de tus tiempos
persigue tus instintos
tus amores,
cabalga por tus ansias
y rincones:
florece.
CERRO CONCEPCIÓN
Estoy a unos metros
la casa, de Magdalena
local nuevo, con estantes
para tomar té
y comer strudel
espacio grande,
dos pisos de alto
grandes repisas, tasas
copas, postales, canastos
galletas, pasteles
atrás,
¡ man amis!
unas gringas
venidas de las Galias
son de veinte
o menos, fluyen
como Magdalena, Lucho
el flaco, Carlos, la Frida;
a sólo treinta metros
la casa.
Ahora esto es cosmopolita
una gringa dice
¿Where you from?
atrás, Paris man amis!
el Sena y otras luces,
cómo conquisto este espacio?
a lo perro me digo:
tirándome de guata,
con vista al mar,
rascándome las pulgas
fumándome un cigarro,
escapándome de enemigos
como antes,
dejando transcurrir el tiempo
haciendo el amor cien veces,
en estas latitudes.
Pero es sólo simple,
este año con sueños disponibles
arrendaré algo
que parezca casa
en estos lares,
me echaré como un perro,
a contemplar mis libros
a leer a Huidobro
a vivir los sueños
sin apellidos, ni nombres.
MABEL
Mabel Fuentes te menciono
para separar con cariño
afectos y nombres parecidos,
eras crispar de lluvias y sueños recogidos
la de vida congelada en el tiempo.
Responderte,
aclarar los relojes detenidos
fuiste paz de besos suspendidos,
inmadurez y error de tiempos pasados
infinitos.
Sabrás que te quise
que arrullé en mi tiempo deseos suspendidos
por torpezas y deseos infinitos,
suspendí tus besos y los ojos de tus hijos
que al azar con tiempos
revolotean en mis ojos indecisos.
Castigo yo mis calles
y mis búsquedas testarudas,
mis libertades escogidas,
como no recordar la cercanía
el temblor de mi deseo,
que suspendí al momento,
torpe marinero escurridizo
cuando mi mano debió acariciar tu rostro,
cuando en el lugar y los tiempos concurridos
huí sin permiso.
Oculté los tiempos y amores subterraneos
oculté cariños infinitos
oculte que tus hijos podrían ser mis hijos.
La libertad traicionó al molino
de palomas y castillos
traicionó a cristales traslucidos.
Aposté a la libertad que error tan primerizo,
pero el tiempo baña en sus rincones
el recuerdo de los ojos de tus hijos,
tu sonrisa y tu confianza
nuestros corazones abiertos
pidiéndonos permiso,
como siempre lo has dicho:
traicioné amores y caricias
evité el secreto de mi alma,
huí como un niño.
Ya he tenido las respuestas,
la evolución de los equívocos!
HUMEDAL
Flota en la humedad
la tranquilidad del mar,
la frente de Venus,
el amor de la madre de Aquiles,
las lágrimas de la amante de Paris
las nuevas caricias de la esposa de Odiseo
su regreso al hogar,
se despliega el olimpo
recorrido por sus musas
con sabor a mar con sabor a sal.
Baudelaire, ve el espejo agitado
del amor perdido, prohibido
pero aceptado en fieltros
y néctares de sexo
con sabor a relax.
Whitman ha huido
para reposar sin temor su sexualidad,
Ginsberg es pateado en Columbia
por escribir obscenidad.
¡humedal de Versos del Capitán!
o rincones del opio y del desvarió
de Anais con su amante
¡humedal de Miller
que las aplaudes,
haciéndose caricias
que piensas en otro trópico
y otro libro más.
Neruda de Farawel y los sollozos
y Veinte Poemas de Amor,
dónde vez escarcha en un rostro
en un éxtasis de amor.
Humedal y trigo,
vida, agua, arroyo,
Teillier y sus belfos,
sus veranos por venir,
lluvia que escampa
Temuco o el Nilo,
la natividad
la verdura
la frescura
la tranquilidad
amazónica flota de felicidad.